Socorro Romero

Socorro nació el 27 de junio de 1941 en el Rancho El Sauz, municipio de San Francisco de Borja, en el estado de Chihuahua, México. Fue hijo de Severiano Romero y Rosalía Martínez, y hermano de Avelino y Lidia. Su niñez estuvo marcada por tiempos difíciles; a los 13 años sufrió la pérdida de su padre. Debido a la vida itinerante de la familia por el servicio militar de su papá, Socorro solo pudo estudiar hasta el tercer grado de primaria. A pesar de ello, creció con una fortaleza admirable, guiado por el trabajo duro, la humildad y los valores familiares.

De joven, emigró a California, Estados Unidos, con el propósito de trabajar y buscar una vida mejor. Fue en una de sus visitas a México, en 1976, cuando el destino lo llevó a encontrarse con quien sería el gran amor de su vida, Rosa Estela Carmona. Su primer encuentro ocurrió en una tienda de abarrotes en Santa Rosa, donde Rosa trabajaba. Dos años después, el 17 de febrero de 1978, unieron sus vidas. Con el tiempo, contrajeron matrimonio y formaron una hermosa familia junto a sus cuatro hijos: Yesenia, Adriana, Homero y Arturo.

Durante 16 años, Socorro y Rosa vivieron en el Rancho El Sauz, dedicados con esmero a la cría de ganado y a la agricultura, actividades que él siempre realizó con pasión. Durante esos años, Socorro trabajaba por temporadas: seis meses en México y seis meses en Estados Unidos, hasta que finalmente decidieron emigrar a Ruidoso, Nuevo México, en julio de 1995.

En Ruidoso, Socorro trabajó primero como ayudante en los condominios Tiara del Sol, donde permaneció aproximadamente nueve años. Después ingresó a laborar en Ruidoso Downs Racetrack, en el departamento de limpieza, lugar donde se ganó el cariño y respeto de sus compañeros, quienes lo apodaban con afecto “El Jefe”. Aunque su turno comenzaba a las 8 de la mañana, él llegaba desde las 6 para preparar café y convivir con sus compañeros. Ese fue su último empleo antes de su merecido retiro. En todos sus trabajos, Socorro se distinguió por ser un hombre puntual, responsable y cumplido.

Para Socorro, la familia siempre fue lo más importante. Se preocupó profundamente porque sus hijos tuvieran educación universitaria y se convirtieran en personas de bien. Tuvo la gran dicha de convertirse en abuelo de dos nietos, Alan Olivas y Noah Milán Salas, quienes fueron una inmensa alegría en su vida.

Hombre de campo en alma y corazón, Socorro disfrutaba de los caballos, las vacas y la vida ranchera. Uno de los atuendos favoritos de Socorro era la ropa vaquera, acompañada de su tejana o sombrero. Siempre tenía energía para emprender proyectos y mantener su hogar en las mejores condiciones. Cada cumpleaños y aniversario, él nunca dejó de comprarle flores a su esposa. Era una tradición que mantenía con devoción y constante muestra de amor. Le encantaba pasar tiempo en familia, cocinar carne asada y carnitas y, en sus últimos años, disfrutaba de ver películas de rancheros y programas de televisión.

Socorro Romero fue un hombre noble, trabajador, leal y profundamente querido por su familia. Su legado vivirá en su esposa, hijos, nietos, familiares y amigos. Quienes lo conocieron guardarán de él un recuerdo lleno de respeto, admiración y cariño.

Les agradecemos profundamente su presencia, sus condolencias, mensajes, respeto y muestras de cariño durante estos momentos tan difíciles. Su apoyo nos brinda fortaleza.

A service for Socorro will be held on Friday, December 5, 2025 at St. Eleanor Catholic Church with the rosary beginning at 1:00 PM with mass to follow at 1:30 PM.